28 Dic Perros y pirotecnia
En estas fechas es muy común el uso de pirotecnia: petardos, cohetes… Todo este ruido puede afectar a nuestros peludos y es muy importante que actuemos correctamente para evitar problemas.
Quizás te preguntes por qué les afecta tanto. Sencillo. Los perros tienen un rango de audición de 10,000 a 50,000 Hz (el del ser humano sólo abarca de 16,000 a 20.000 Hz) y la distancia a la que puede escuchar es cuatro veces más a la del hombre. Esto significa que su oído es cuatro veces más afinado que el nuestro. ¡¡Imagínate lo que les puede afectar la explosión de un petardo a corta distancia!! Esto sumado a que ellos no entienden el origen del ruido ni son conscientes de que es «nochevieja». Sin embargo, sabemos que hay perros a los que sí les dan miedo y otros a los que no por lo que no todo es fisiológico; hay un componente psicológico. Es decir, un perro no nace con miedo a los ruidos fuertes. Son las experiencias que vive y que acompañan a estos ruidos las que hacen que nuestro peludo desarrolle el miedo. Y aquí es donde el humano toma el papel protagonista. Por ello, queremos darte unos consejos para que sepas qué hacer en estos casos:
>>Si los petardos os pillan en la calle lo más importante es que NO sueltes a tu peludo. NUNCA. BAJO NINGÚN CONCEPTO. Si tiene miedo, corres el riesgo de que salga huyendo y se pierda. Si no lo tiene, no podrás controlar que algún petardo explote cerca suyo pudiendo herirle o asustarle. Esto genera una experiencia negativa que puede hacer que tu peludo desarrolle miedo a los ruidos fuertes en un futuro.
>>Si los petardos os pillan en casa, ofrécele su jaula o trasportín. ¿Por qué? Los perros son animales de madriguera. La madriguera es un lugar oscuro y tranquilo en el que los perros sienten su hogar. Es su pequeño rincón de paz. Entran en la madriguera cuando quieren estar tranquilos y salen de ella cuando quieren socializar. Nosotros no podemos hacer un agujero en la pared, pero sí podemos tener una jaula o trasportín a su alcance. Es muy humano pensar que una jaula es el equivalente canino a la cárcel. Nosotros os proponemos otro punto de vista: retrocede unos años en el tiempo, estás en casa de tus padres, llegas del colegio y te apetece desconectar un rato. Vas a tu cuarto, lees, escuchas música… Cuando te apetece estar con tu familia y contarles tu día, sales de tu habitación. ¿Te acuerdas? ¿Te sentías encarcelado? Pues ahora piensa en la jaula o trasportín como su habitación.
¿Cómo? ¿Aún no tienes ni jaula ni trasportín? No es momento de comprarla, anótalo en los propósitos de año nuevo. Simplemente deja a tu peludo en paz, no le mires, no le hables y sobre todo… NO LE ABRACES. Él buscará algún lugar oscuro y tranquilo que le recuerde a su amada madriguera. Puede ser bajo una silla, bajo la cama, etc. En ese momento no intentes sacarle, recuerda… déjale en paz. Cuando esté tranquilo y quiera socializar, saldrá.
¿Quieres un truco de experto? ¡¡Juegos de olfato!! Los perros tienen una gran capacidad olfativa. De hecho, cuando un perro está totalmente inmerso en la búsqueda de un olor es capaz de aislarse del entorno para focalizar toda su atención en el olfato. De esta forma su cerebro filtrará los ruidos y el perro no será consciente de las explosiones. Esta es solo una de las muchas ventajas que tiene trabajar el olfato con nuestro peludo. Si quieres saber más, no dudes en ponerte en contacto con nosotros y entra a formar parte de nuestro club de olfato.
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